miércoles, 7 de agosto de 2013

La reforma de las Administraciones Públicas

Con el pretexto de la crisis económica, la Administración local tendrá que adaptarse a las demandas de la sociedad del siglo XXI. En los últimos treinta años la mayoría de los países de la OCDE han puesto en marcha medidas de reforma de la Administración Pública. Todas las medidas se han hecho con el ánimo de reducir costes a las arcas públicas. Sin embargo, España no inició esta senda reformista porque nuestro retraso democrático impedía semejantes actuaciones. Nuestra tardía recuperación democrática implicaba un desarrollo de la autonomía local constitucionalmente garantizada. Por eso, cualquier reducción del mapa local se siente como una agresión a la identidad local. 

Algunas reformas europeas han estado enmarcadas en planes globales de nuevo diseño del mapa local. Otras son muy específicas y se concentran en aspectos concretos tales como nueva planta de municipios, redistribución competencial,....
En general, todas ellas tienen su origen en la necesidad de contener el crecimiento del gasto en el seno de un proceso de consolidación fiscal. sin embargo, son cada vez más los casos en los que las reformas persiguen una verdadera transformación de la Administración, mejorando su eficacia, su calidad y eficiencia, para adaptarse mejor a las necesidades de los ciudadanos.
El tema no es baladí. La gestión de lo público es importante. La Administración equivale, en términos de gasto público en la Unión Europea, a la mitad de la economía. Si una de las variables estratégicas para el desarrollo económico es el aumento de la competitividad, una organización que equivale a cerca del 50% del PIB debe ser competitiva.

Más allá de su importancia cuantitativa, la Administración condiciona el crecimiento económico al constituir un marco estable que permite el desarrollo del sector privado. Por una parte, define el entorno regulatorio que facilita los negocios, otorga seguridad jurídica, asegura la competencia en los mercados y protege la propiedad intelectual e industrial. Por otra, la consecución de unas cuentas públicas sostenibles genera confianza en los mercados y contribuye a mejorar el acceso al capital, tanto al sector público como al privado.

La importancia del papel de la Administración en una sociedad moderna es evidente. El estado del bienestar es uno de los pilares del sistema social de las economías europeas. Tiene que prestar los servicios públicos demandados y debe hacerse con la máxima eficiencia y calidad. 

En línea con esta actuación, se encuentra la reforma de las Administraciones Públicas en las que el Gobierno se ha embarcado.