domingo, 24 de agosto de 2014

Barcelona: El cansancio de un modelo de ciudad turística

¿Qué relación tiene el mercado turístico con el modelo de ciudad? 
A esta pregunta, responde este vídeo con una exposición de los pros y los contras de convertir el barrio viejo de la Ciudad de Barcelona, denominado "Ciutat Vella". Los vecinos se quejan de vivir en un "parque temático" que les impide disfrutar de su barrio. 



Sin embargo, esto no ocurre por casualidad. Responde a un plan, concretamente el Plan estratégico de la ciudad de Barcelona.  Este plan consta de unos principios inspiradores y a los diversos criterios y puntos de partida. Teóricamente, orienta su compromiso a partir de dos grandes objetivos de trabajo, que se concentran en:
-  Favorecer la mejora de la actividad turística en la ciudad de Barcelona.
-  Mejorar el encaje del turismo en la ciudad.

Para lograr los objetivos propuestos, el Plan se centra en cuatro grandes propósitos:
 - Determinar los impactos y efectos que la actividad turística genera en la ciudad, teniendo en cuenta sus diferentes manifestaciones, tanto cualitativas como cuantitativas.
- Reflexionar sobre el modelo de turismo en la ciudad.
- Enmarcar el desarrollo turístico de la ciudad de Barcelona en la línea del crecimiento sostenible.
- Implicar positivamente a la ciudadanía en el proyecto turístico de la ciudad.

Por lo tanto, los problemas actuales de “Ciutat Vella” no son casuales. Responden a la presión que ejerce del mercado turístico en todo su esplendor.

Todo el cambio de la ciudad se inicia con los JuegosOlímpicos del 92. La inversión pública provino de las diferentes administraciones, Estado, Comunidad, Diputación y el propio ayuntamiento. Debidamente canalizado, aquel proyecto olímpico favoreció la proyección internacional de la imagen de Barcelona. De hecho, el plan estratégico de la ciudad de Barcelona era bastante más avanzado que el de la capital de España. Madrid apostaba por un diseño cutre muy en la línea de “Madrid, centro de las provincias”. Aquel diseño bastante cateto consiguió su objetivo. Dejar la capital con una imagen aletargada, sin ninguna propuesta  interesante. Por su parte, Barcelona apostaba con su conexión con el gran polo de desarrollo europeo, acercando la actividad industrial alemana, a través de la ciudad francesa de Lyon.

En el plano turístico, Barcelona apostaba por situarse entre las grandes urbes europeas. La marca Barcelona 92 era el primer escalón de un proyecto de ciudad adaptada a los mercados emergentes. En ese proyecto, también participa el Futbol Club Barcelona, cuya actividad deportiva ha sido un auténtico foco de atracción, socio interesado de la ciudad de Barcelona.

Para articular ese crecimiento turístico, nacía el Consorcio Turisme de Barcelona, fruto de un acuerdo entre el sector público y privado de la ciudad. Este ente ha permitido que la amplia oferta hotelera, de servicios y nuevas infraestructuras de la ciudad se rentabilicen y mejoren con el paso del tiempo.

Por lo tanto, el crecimiento turístico de Barcelona ha seguido un ritmo verdaderamente ascendente, especializando y diversificando cada vez más su oferta y demanda. De hecho, se puede decir que ha cumplido su objetivo ya que la ciudad de Barcelona se encuentra entre los principales destinos internacionales de turismo urbano.

Sin embargo, es cierto que el turismo también tiene efectos negativos.  De hecho, la posición geográfica de los barrios más cercanos al puerto les hace particularmente atractivos para la especulación.  A los vecinos afectos, no les resulta atractiva la mejora económica de la ciudad. Se vuelve al clásico debate sobre el reparto de la riqueza generada. Una persona está desempleada que viva en un piso sin servicios públicos próximos, no puede aceptar con alegría  las molestias que produce un grupo de jóvenes inquilinos de un piso turístico. Sin para mayor insulto a la convivencia, éstos no respetan las normas básicas de urbanidad, el barcelonés afectado no puede compartir el objetivo del Plan Estratégico: el turismo es bueno para la ciudad.

Por lo tanto, es necesario que la Administración intervenga. No basta con tres parejas de policías locales visitando portales para descubrir pisos turísticos ilegales. Por cierto, la asociación de vecinos tiene perfecto conocimiento de su ubicación. Es preciso que los vecinos participen de esa riqueza generada.  El  reparto pasa por la drástica reducción de los niveles de paro en ese barrio. Las viviendas deben ser mejoradas con una rehabilitación integral que no consista sólo en la instalación de ascensores en todos los portales. Una mejora en la calidad y cantidad de servicios públicos del barrio reduciría la presión que empuja la salida de los habitantes del barrio. En efecto, se percibe una acentuada humillación sobre los vecinos del barrio. La especulación urbanística permita la compra de viviendas o solares en zonas urbanísticamente en alza a precios irrisorios, muy por debajo del precio de mercado. Es decir, son comportamientos cercanos al acoso inmobiliario cuya finalidad sería el enriquecimiento torticero de una minoría de desaprensivos acosadores.

El turismo en Barcelona ha generado unos efectos positivos muy importantes; la proyección y reconocimiento internacional de la imagen de la ciudad; el dinamismo económico y empresarial; la generación de ocupación, crecimiento y diversificación de puestos de trabajo; la revitalización de los sectores culturales, de ocio y tiempo libre. Sin embargo, estos efectos quedaran constantemente cuestionados si los vecinos directamente afectados no participan de esos mismos efectos, para ellos, particularmente negativos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario